Ricardo Martínez
y el Grupo diez Junior
Diez Junior fue fundado, por Ricardo Martínez, en septiembre de 1988, en la sala del desaparecido teatro GADEM (en la octava avenida y doce calle de la zona uno de la ciudad capital de Guatemala); su premisa fundamental desde ese entonces ha sido la de llevar a escena un teatro que corresponda a la niñez guatemalteca. Desde la concepción de los libretos hasta su puesta en escena, la cual han mantenido por más
de veinte años.
El diez junior, en cada uno de sus montajes plantea al niño argumentos que demandarán de su atención y que le exhortaran a buscar una respuesta a interrogantes que son parte de su realidad, sin que por ello deje a un lado una cierta dosis de fantasía e ilusión propias del quehacer teatral para niños. Sus obras han abordado temas desde la importancia del acceso a al cultura por medio de los libros, (Los libros hablaron, temporadas 1988, 2003), la conservación de la flora y la fauna guatemalteca, (Los colores del árbol, 1991,1992, En la jungla de Alau, 2004), el valor de las promesas y la integridad, (El Flautín, 1998), la preservación de nuestras tradiciones, (La leyenda del tesoro escondido, 2005 y Tierra de leyenda en 2008), la constante búsqueda de la felicidad (El cofre encantado, 1989, Un lugar especial, 2007), la comunicación entre padres e hijos (Frankie el monstruo, 1994), entre otros.
El doctor Francisco Albizúrez Palma, reconocido escritor y crítico literario, dijo: (…) En la dramaturgia de Ricardo en primer lugar, creo percibir una fina ternura y un hondo respeto hacia el niño. En efecto, el tratamiento de los temas, el desarrollo de las historias, el diálogo de los personajes, la palabra y la acción sugerida, nos hacen sentir, por una parte, un acercamiento delicado al niño y su mundo, y por otra, nos hacen ver que no existe afán de manipular los sentimientos, la razón o la imaginación de los chiquillos.
En segundo lugar asoma, en sus obras el afán por mostrar al destinatario formas deseables de conducta, y por sembrar o afirmar en él unos valores éticos que juzgamos esenciales para el logro de una sociedad más sana que aquella en donde nos movemos.
En tercer lugar, el tiempo que cada pieza requiere para su puesta en escena no rebasa, ni mucho menos, la capacidad de un niño común y corriente para presenciar una obra de teatro.
En cuarto lugar, un factor decisivo. Me refiero a la fluidez y agilidad de los parlamentos. Si este factor es deseable, en general, en la obra de teatro, más lo es en aquel destinado para niños.
Finalmente el empleo de recursos capaces de suscitar el interés y de atrapar la atención de los espectadores. Unos recursos cuyo manejo y aprovechamiento, por supuesto, quedan a discreción del director, pero cuya presencia es garantía de la capacidad de las obras para generar sorpresa en el espectador y para hacer trabajar su imaginación, con lo cual se alimenta la atención de aquel.
Sus puestas en escena:
Los libros hablaron, 1988, 2003
El cofre encantado, 1989
San Nicolás y un pastor de barro, (adaptación), 1990
Frankie el Monstruo, 1990, 1991, 1992
Los colores del árbol, 1993, 1994
Planeta de ensueños, 1994
La Caja de Cristal, 1995
El Cuervo (adaptación), 1996
El Flautín, 1996
Marcelino pan y vino (adaptación), 1997, 1998
La armonía y la paz, 1999
En la jungla de Alau, 2004. 2012
La leyenda del tesoro escondido, 2005
Las aventuras de Don Quijote (adaptación), 2006
Un lugar especial, 1991, 2007
Tierra de leyenda, 2008, 2012
Que no te de miedo, 2012, 2014
En la jungla de Alau, 2017
Tierra de leyendas 2019
Para el Banco de Guatemala
El fantasma de la inflación. 2011, 2012 y 2013
La leyenda del árbol de dinero, 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017
Publicaciones:
Teatro para niños en Guatemala, 1997
Teatro para niños, 5 obras de Ricardo Martínez, 1997
Teatro para niños, otras cinco obras de Ricardo Martínez, 2002
Teatro para niñ@s, más obras de Ricardo Martínez, 2012
Autoritarismo, represión y teatro, 2015
Teatro económico-financiero para niñ@s, 3 obras + de Ricardo Martínez, 2017
Autoritarismo, represión y teatro, II edición 2019